Está ampliamente demostrado que la realización de la Actividad Física (AF), entendida ésta como la realización de actividades que impliquen el movimiento corporal, mediante la acción muscular y el gasto energético que ello conlleva, genera múltiples beneficios para la salud de las personas. Entre otros aspectos reduciendo la incidencia y el impacto de los principales factores de riesgo para el desarrollo de las Enfermedades no Transmisibles (ENT), como las cardiovasculares. Además se mejora la capacidad funcional de los individuos y la tolerancia a las actividades cotidianas, potenciando el bienestar psico-emocional y reduciendo los costos en salud de la población.

La AF se puede desarrollar en diferentes «dominios», el laboral, la movilidad de las personas, el ámbito doméstico, el recreativo y también el deportivo. Al incrementar el nivel de AF de las personas es posible reducir el tiempo sentado o realizando actividades de bajo gasto energético, por lo que se podría limitar el comportamiento sedentario (1).

Los beneficios de realizar AF regular como hábito de vida, se ven potenciados por la inclusión en la rutina de las personas del ejercicio físico, entendiéndose éste como la realización de AF de forma estructurada, planificada y organizada de manera de promover el logro de ciertos objetivos. Cuando estos objetivos se vinculan con la promoción en salud, los mismos se incluyen dentro de los componentes de la denominada Condición Física (CF) asociada a la salud y el bienestar o Wellness, los cuales son: la capacidad cardiorrespiratoria o aeróbica, el mantenimiento de la flexibilidad, la coordinación, el equilibrio y de una adecuada composición corporal, evitando la pérdida de masa muscular y el incremento de masa adiposa  (2).

Por otro lado se define al deporte como la realización de AF y ejercicio en un determinado marco normativo (reglamento) y con definidos objetivos, estos objetivos muchas veces no son la promoción de la salud y el bienestar o la disminución del desarrollo de enfermedades, sino que tienen que ver con el logro de determinados resultados, ello puede generar no solamente que el deporte no tenga un rol como promotor de salud, sino que de hecho implique ciertos riesgos para las personas que lo practican (3). Por lo tanto, se considera importante saber que para que la práctica deportiva adquiera mayor seguridad y se minimicen sus riesgos, las personas deben acondicionarse mediante la AF frecuente y el ejercicio regular. Promover que las actividades se realicen generando esfuerzos adecuados a la capacidad funcional y tolerancia de cada individuo y que su inicio sea precedido por una adecuada evaluación de pre-participación deportiva (EPP).

Estas evaluaciones tienen por objetivo reducir el riesgo de eventos adversos durante la práctica del deporte, dentro de estas situaciones la más dramática sin dudas es la Muerte Súbita asociada al Deporte (MSD), se define la MSD como la muerte inesperada que sucede durante la práctica deportiva y hasta 24 horas después de la misma, es mayoritariamente de causa cardiovascular y se desarrolla en la primer hora luego del inicio de los síntomas (4). La Muerte Súbita de origen cardíaco (MSC) es una complicación de las enfermedades cardiovasculares, en la mayoría de los casos consecuencia de una arritmia cardíaca.

La MSC puede suceder en cualquier lugar, en los lugares con más concentración de personas o donde se realizan deportes las chances que suceda un episodio son mayores. Es más prevalente en la edad adulta y adultos mayores. Es muy rara en niños y jóvenes, aunque cuando se presenta, sobre todo en deportistas, tiene una gran repercusión social. Tres de cada mil individuos de la población general son portadores de algún trastorno cardíaco que predispone a MSD. El riesgo aumenta con la edad, siendo la incidencia en menores de 35 años de 1/100.000 personas/año. Este número se incrementa a 1/18.000 personas/año cuando la edad es mayor a 35 años. (5)

En este sentido, la prevención de la MSC depende de un correcto diagnóstico de la patología cardiovascular de base,  en nuestro país se está en el proceso de revisión y ajuste de las normas que regulan las evaluaciones pre-deportivas en diversas poblaciones (niños, adultos, deportistas recreacionales y profesionales por ejemplo).

Compartimos las recomendaciones conjuntas sobre la evaluación cardiovascular para la realización de ejercicio y deporte en personas menores de 35 años de la Sociedad Uruguaya de Cardiología y la Sociedad Uruguaya de Pediatría.

Sin embargo, existen enfermedades (sobre todo genéticas) que no pueden detectarse en forma sencilla y que pueden manifestarse por MSC en jóvenes y niños. Frente a un episodio de MSC hay dos maniobras imprescindibles para salvar la vida: el Masaje Cardíaco Externo y la Desfibrilación Precoz, por lo cual todos debemos tener conocimientos de Resucitación Cardíaca Básica (RCB) para realizar masaje cardíaco externo y saber recurrir al DEA más cercano.  El Programa CERCA, de la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular, presenta estos objetivos. Por mas información: https://cardiosalud.org/resucitacion-cardiaca/programa-cerca/

Referencias:

1 – M.S.P., S.N.D. Guía A Moverse. Extraído de :https://www.paho.org/es/documentos/guia-actividad-fisica-moverse.

2 – Garzón, M. (2007). La condición física es un componente importante de la salud para los adultos de hoy y del mañana.Selección,17(1), 2-8.

3 – Granados, S. H. B., & Cuéllar, Á. M. U. (2018). Influencia del deporte y la actividad física en el estado de salud físico y mental: una revisión bibliográfica.Katharsis: Revista de Ciencias Sociales, (25), 141-160.

4 – Boraita, A. (2011). La muerte súbita del deportista.Revista española de medicina legal,37(4), 146-154.

5 – Sitges, M., Rincón, J. A. G., Brugada, J., Matas, R. B., Vives, M. B., Cuixart, D. B., … & Maura, I. D. Y. (2013). Consenso para prevenir la muerte súbita cardíaca de los deportistas. Apunts: Medicina de l’esport,48(177), 35-41.