El 15 de noviembre se conmemora el Día Mundial sin Alcohol, con el propósito de llamar a la reflexión sobre el consumo de bebidas alcohólicas y sus efectos en la salud personal, familiar y social.

Según la 2ª Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de Enfermedades No Transmisibles (2013), una de cada dos personas (entre 25 y 64 años) en Uruguay, había consumido alguna bebida alcohólica en los últimos 30 días previos a la encuesta.

Por lo extendido de su consumo en nuestra cultura lo hemos naturalizado y nos cuesta pensar que puede ser un problema.

Como resultado de recientes revisiones se ha concluido que no existe consumo de alcohol sin riesgo para la salud.  Esta afirmación aún no ha sido integrada ni internalizada del todo por la comunidad y tal vez tampoco por los equipos de salud. 

Para analizar su repercusión, es importante diferenciar las modalidades de consumo de bebidas alcohólicas:
  • Consumo de riesgo o peligroso: Se refiere a un patrón de consumo que aumenta el riesgo de daño para el consumidor o para otros, ya sea de tipo físico, mental o social. Esta idea se incorpora en la afirmación inicial de que todo consumo de alcohol puede generar riesgos para la salud.
  • Consumo nocivo: Representa un patrón que provoca daños de salud, mental o física, al consumidor y/o a otras personas. Los daños a la salud están relacionados con la toxicidad física del alcohol, los niveles en  aguda y la la continuidad y cronicidad del consumo.
  • El consumo continuo y nocivo puede llevar a trastornos mentales, incluida la dependencia a esa sustancia debido a sus efectos reforzadores, tolerancia y adaptación neuronal . El grado de riesgo por el consumo  nocivo del alcohol varía en función de la edad, el sexo y otras características biológicas del consumidor, así como de la situación y el contexto en que se bebe.

Tema de Salud Pública:

Se estima que el uso nocivo del alcohol causa aproximadamente 3 millones de muertes al año en el mundo, lo que representa alrededor del 5% de todas las defunciones, con consecuencias en la salud individual, familiar, social y económica.

El riesgo de problemas de salud es dosis dependiente, sin evidencia de un umbral seguro. Se observa una mayor sensibilidad en mujeres en edad fecunda, embarazadas, lactantes, niños, adolescentes y en poblaciones con bajos niveles socioeconómicos.

Se atribuyen al alcohol más de 60 enfermedades y lesiones en términos de salud individual.

El alcohol se considera un factor de riesgo conductual prevenible. El riesgo de las principales ECV (incluyendo la cardiopatía  hipertensiva, miocardiopatía, fibrilación auricular y flutter y accidente cardiovascular). 

La Comisión Honoraria para la Salud cardiovascular,  hace un llamado a los equipo de salud a trabajar este problema. 

Tenemos dos herramientas que pretenden facilitar la información sobre algunos de los efectos que produce el consumo de alcohol en la salud, sobretodo a nivel cardiovascular: 

Curso «implicancia del consumo de alcohol en salud». Dirigido a personas que integran los equipos de salud.  Modalidad es virtual autoadministrado.
Acceder al Curso
Publicación “Consumo de alcohol y salud”. Documento técnico. Dirigido a los integrantes de los equipos de salud. 
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Las oportunidades asistenciales son valiosos momentos para informar, sensibilizar y problematizar el consumo de alcohol en los pacientes y realizar los diagnósticos e intervenciones apropiadas.

Hidratación y alcohol:

Dependiendo de su concentración, el etanol tiene efecto diurético en el organismo. 

A pesar de esto, en Uruguay es una práctica cultural aceptada beber bebidas alcohólicas incluso durante eventos deportivos. Como sociedad, es importante estar advertidos de esto. A pesar de que muchos eventos deportivos son patrocinados por empresas de bebidas alcohólicas, no es una práctica aconsejable. 

El alcohol en la alimentación:

Las bebidas alcohólicas, en general, no aportan nutrientes o compuestos bioactivos que sumen a una mejor nutrición. De hecho, cuando la energía aportada por el alcohol excede las necesidades de quien lo ha consumido, provoca el depósito en el tejido adiposo de los ácidos grasos de la ingesta.

Alimentos vegetales pueden brindar al organismo productos antioxidantes y protectores suficientes, sin la desventaja del aporte de sustancias como alcohol y azúcares.

Aunque no hay consenso, algunas investigaciones han hallado un potencial incremento de la ingesta de alimentos tras el consumo de bebidas alcohólicas. 

Las evidencias sugieren que la inclusión de alcohol cercano a las comidas podría llevar a una sobreingesta calórica, a partir del propio alcohol, (aporta 7 calorías por gramo), y  de los alimentos consumidos en esa comida.  

 Alcohol y nutrición:

En personas con consumo de alcohol crónico, las implicancias nutricionales y las repercusiones en la salud son de relevancia.  

Es frecuente encontrar  malnutrición, con alteración en absorción y metabolismo de algunos nutrientes, particularmente: aminoácidos y proteínas, vitaminas y minerales,  e  ingestas inadecuadas o deficiencias.

La carencia de vitaminas del complejo B y posiblemente magnesio, son consideradas como de las principales causas de la encefalopatía que produce alteraciones en el humor, en la coordinación, y es muchas veces acompañada por afectación en la memoria de corto plazo. 

Algunas de estas carencias nutricionales se asocian con síntomas de depresión, que operan a su vez como factores de riesgo y obstáculo para la recuperación de desórdenes en el uso de alcohol.

Alcohol, presión arterial y corazón.

No es correcto afirmar que el consumo de alcohol es beneficioso para la salud cardiovascular.

El consumo de alcohol en grandes cantidades se asocia a una mayor mortalidad y aumenta:

  • el riesgo de dependencia al alcohol
  • HTA
  • obesidad
  • accidente cerebrovascular
  •  algunos tipos de cáncer
  • miocardiopatías
  •  suicidio 
  • accidentes

Hay estudios que proponen que la relación entre el consumo de alcohol, la PA, la prevalencia de HTA y el riesgo cardiovascular es lineal.  

También se sugiere que el consumo de alcohol tiene una fuerte asociación con los niveles de PA, relación que se muestra más consistente cuando el consumo es mayor a 2 tragos por día.

La Fibrilación Auricular es la arritmia sobre cuya vinculación al alcohol existe más evidencia. Se ha reportado que entre 15-30 % de los casos de FA idiopática están vinculados a su consumo. 

Resumen de recomendaciones

  • No existe un consumo seguro de alcohol, todo consumo tiene sus riesgos.
  • Contraindicado en menores de 18 años.
  • Contraindicado en mujeres embarazadas o con posibilidad de estarlo.
  • Desaconsejar el consumo durante la lactancia.
  • Contraindicado al manejar cualquier tipo de vehículo.
  • Contraindicado en el trabajo.

¹ Maristela G. Monteiro, asesora regional sobre Alcohol y Abuso de Sustancias. Organización Panamericana de la Salud.

Más información: 

https://cardiosalud.org/no-existe-consumo-de-alcohol-sin-riesgo-para-la-salud/

https://www.paho.org/es/campanas/vive-mejor-bebe-menos