Proteger el medio ambiente es cuidar la salud de nuestro planeta y de todos los que vivimos en él. Bajo esta premisa se celebra cada 5 de junio el Día Mundial del Medio Ambiente, que representa una oportunidad para recordar el enorme valor de la naturaleza y la importancia de preservarla.
Este año, el lema de la fecha es «reimagina, recupera, restaura». Con él se busca reafirmar la importancia de la restauración de los ecosistemas, que son el sustento de la vida en el planeta. En el marco de este día, se lanzará el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas 2021-2030, liderado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Los próximos diez años serán claves para detener y revertir la degradación ambiental de los ecosistemas, y cumplir así con los objetivos globales marcados en la Agenda 2030 de desarrollo sostenible.
La degradación ambiental también perjudica la salud de toda la población. Entre los factores de riesgo principales se encuentra la salud cardiovascular. Preservar el ambiente, entonces, es proteger nuestra calidad de vida y la de toda la población.
Contaminación y salud cardiovascular
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación ambiental es el quinto factor de riesgo para la salud humana luego del tabaco, el alcohol, la alimentación no saludable y el sedentarismo.
La contaminación del aire genera efectos nocivos en la salud cardiovascular. La inducción del estrés oxidativo genera un estado proinflamatorio y de disfunción endotelial y plaquetaria, con riesgo aumentado para el desarrollo de la aterotrombosis, la hipertensión arterial y la arritmogénesis, todo lo que incrementa la mortalidad por las enfermedades cardiovasculares.
Cuanto más bajos sean los niveles de contaminación del aire mejor será la salud cardiovascular y respiratoria de la población, tanto a largo como a corto plazo.
Las acciones en pro de medios de transporte menos contaminantes, viviendas energéticamente eficientes, generación de electricidad y mejor gestión de residuos industriales y municipales permitirían reducir importantes fuentes de contaminación del aire tanto en las zonas urbanas como rurales.
¿Qué podemos hacer al respecto?
El 2021 trae nuevamente el desafío de adaptar las actividades del 5 de junio con las medidas sanitarias contra el COVID-19.
Desde la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular proponemos e invitamos a tomar distintas iniciativas para cuidar el ambiente, y así la salud cardiovascular.
- Promover la actividad física, por ejemplo, no solo garantiza una mejor calidad de vida sino que también reduce el impacto ambiental que generamos. Trasladarse caminando, andando en bicicleta o con otros elementos sin motor, utilizar las escaleras en vez de ascensores, realizar alguna actividad física adicional cada día, es un cambio de vida que trae varios beneficios. Siempre puede ser el día para empezar a hacerlo, ¡puede ser hoy!
- Recuperar el ecosistema, si es posible, en acciones como plantar un árbol de jardín; planta floral o comestible. Además de representar una actividad que puede ser realizada en familia, colabora con el objetivo global de reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera. A través de pequeñas acciones, por ejemplo cultivando plantas aromáticas que puedan ser utilizadas para condimentar los alimentos de una forma saludable y original, se pueden generar grandes cambios.