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El verano es una oportunidad única para promover el movimiento y reducir el tiempo frente a pantallas en niños y adolescentes. Este cambio no solo mejora su salud física y mental, sino que también fomenta un desarrollo integral más saludable.

¿Por qué es importante el movimiento desde la infancia?

La primera infancia es una etapa clave en el desarrollo de los niños. Según las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aumentar la actividad física, reducir el sedentarismo y garantizar un sueño adecuado son pilares fundamentales para el bienestar. Además, actividades como leer, contar cuentos y jugar, en lugar de mirar pantallas, potencian el desarrollo cognitivo y emocional de los más pequeños.

Datos clave de la OMS:

  • 31% de los adultos y 80% de los adolescentes no cumplen los niveles recomendados de actividad física.
  • Las niñas son menos activas que los varones: 85% de las adolescentes no alcanzan las recomendaciones de la OMS frente al 78% de los chicos.

La falta de movimiento afecta directamente el desarrollo psicomotor y aumenta el riesgo de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares desde edades tempranas. Por eso, el verano es una gran oportunidad para que las familias adopten hábitos más saludables.

Recomendaciones por edades

Lactantes (menores de 1 año):

  • Permitir que el bebé se mueva libremente al menos 30 minutos al día, con actividades como rodar, gatear o jugar boca abajo.
  • Fomentar la interacción familiar a través del contacto visual y verbal durante estos momentos de movimiento.
  • Evitar que permanezcan inmovilizados por más de 1 hora seguida, salvo cuando estén durmiendo.

Niños de 1 a 2 años:

  • Promover al menos 3 horas diarias de actividad física distribuidas en juegos activos como correr, saltar, empujar o trepar.
  • Priorizar actividades al aire libre y en compañía de pares, asegurando un entorno seguro.
  • Reducir la exposición a pantallas a menos de 60 minutos al día y garantizar un descanso adecuado.

Niños de 3 a 4 años:

  • Garantizar 3 horas diarias de actividad física, incluyendo al menos 1 hora de actividad enérgica como juegos o actividades deportivas no competitivas.
  • Estimular la fuerza muscular a través de ejercicios con el propio peso corporal, como saltar, trepar o realizar movimientos repetitivos.
  • Limitar la exposición a pantallas a un máximo de 1 hora al día y fomentar el contacto con la naturaleza.

Niños y adolescentes de 5 a 17 años:

  • Realizar al menos 1 hora diaria de actividad física moderada a intensa, con actividades recreativas y deportivas.
  • Incorporar ejercicios de fortalecimiento muscular y óseo al menos 3 veces por semana, como trepar, lanzar objetos o realizar juegos dinámicos.
  • Limitar el tiempo frente a pantallas a menos de 2-3 horas diarias.

Cómo aprovechar el verano.

El verano permite realizar actividades al aire libre, como paseos, deportes, juegos grupales y tiempo en la naturaleza. Sin embargo, es crucial tomar medidas de seguridad, como usar ropa clara, aplicar protector solar (factor 30 o más), mantenerse hidratado y evitar la exposición al sol entre las 10:00 y las 17:00.

Beneficios de reducir el tiempo frente a pantallas.

Disminuir el sedentarismo tiene múltiples beneficios:

  • Mejora el desarrollo cognitivo, motor y psicosocial.
  • Reduce el riesgo de obesidad y otras enfermedades metabólicas.
  • Favorece la interacción familiar y social, promoviendo actividades compartidas.

¡A moverse!

Este verano, invitamos a todas las familias a priorizar el movimiento y a reducir el tiempo frente a pantallas. Pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia en la salud presente y futura de nuestros niños y adolescentes. ¡Movámonos más y disfrutemos de una vida activa y saludable!

Referencias:

  1. Organización Mundial de la Salud. Directrices sobre actividad física, sedentarismo y sueño para niños menores de 5 años. Disponible en: Enlace.
  2. OMS. La mayoría de los adolescentes del mundo no realizan suficiente actividad física. Disponible en: Enlace.
  3. Cigarroa I., Sarqui C., Zapata-Lamana R. (2016). Efectos del sedentarismo y obesidad en el desarrollo psicomotor en niños y niñas. Revista Universidad Salud, 18(1), 156-169. Disponible en: Enlace.

OMS. Directrices de actividad física y hábitos sedentarios (5-65 años). Disponible en: Enlace.