Cada 11 de mayo se conmemora en Uruguay el Día Nacional de la Resucitación Cardíaca, una fecha clave para promover la capacitación en maniobras de resucitación cardíaca básica y generar conciencia sobre la importancia de saber actuar ante un paro cardiorrespiratorio. Saber cómo reaccionar en esos primeros minutos puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
En conmemoración a este día el Consejo Nacional de Resucitación (CNR) promueve el mensaje “Tus manos pueden salvar vidas”. La Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular acompaña este lema, promoviendo que capacitarse salva vidas, cada segundo cuenta. Porque la diferencia la hace quien está más cerca.
¿Qué es un paro cardiorrespiratorio?
El paro cardiorrespiratorio (PCR) es la interrupción súbita de la actividad mecánica del corazón, evidenciada por la ausencia de circulación, respiración y conciencia. En términos prácticos, la persona no responde ni respira, y la situación suele ocurrir de forma inesperada, muchas veces fuera del ámbito hospitalario.
Cuando una persona sufre un PCR y no se logra revertir mediante las maniobras de resucitación, se considera un caso de muerte súbita (MSC).
Alrededor de dos tercios de los eventos de MSC suceden como la primera manifestación clínica de una afección cardíaca subyacente —como enfermedad coronaria o cardiopatías hereditarias— incluso en personas sin diagnóstico previo.
Esta situación plantea un reto importante para los sistemas de salud y resalta la necesidad de estrategias más eficaces para identificar subgrupos de alto riesgo dentro de poblaciones aparentemente saludables.
En Uruguay no hay datos estadísticos sobre la incidencia de la MSC. Las estimaciones mundiales plantean entre 4 y 5 millones de eventos por año.
La urgencia del primer minuto
Los primeros minutos luego de un PCR son decisivos. Durante ese tiempo, el corazón deja de bombear sangre y, por tanto, no llega oxígeno a los órganos. Las células comienzan a dañarse casi de inmediato, y su deterioro es irreversible si no se actúa rápidamente. Por eso, cada segundo cuenta: por cada minuto que pasa sin iniciar masaje cardíaco, las chances de sobrevivir disminuyen un 10%.
La respuesta inmediata por parte de quienes presencian el evento es clave: si se inicia masaje cardíaco en forma precoz y se utiliza un Desfibrilador Externo Automático (DEA), las probabilidades de sobrevida pueden superar el 50%.
¿Qué podemos hacer?
Ante una situación de paro, cualquier testigo puede actuar. Es fundamental conocer y ejecutar la llamada cadena de supervivencia, que incluye:
- Reconocer la situación
- Llamar a la emergencia
- Iniciar masaje cardíaco de inmediato
- Usar un DEA si está disponible
- Recibir asistencia de una emergencia médica móvil
Esta cadena salva vidas y pone en evidencia que dos maniobras pueden marcar la diferencia: el Masaje Cardíaco Externo (que mantiene la circulación) y la Desfibrilación Precoz (que corrige la arritmia).
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El programa CERCA, de la CHSCV, tiene como objetivo capacitar a la población en resucitación cardíaca básica. La idea es simple y poderosa: que siempre haya alguien cerca capaz de actuar, que “una persona pueda salvar la vida de otra, usando sus manos”.
En 2015, la CHSCV lanzó la App CERCA, una herramienta digital que geolocaliza los DEA disponibles en Uruguay, contiene guías de reanimación y permite llamar directamente al 911. Además, los usuarios pueden colaborar reportando nuevos dispositivos para ampliar la base de datos. En marzo de este año, la aplicación fue actualizada con mejoras significativas, incorporando aprendizajes de una década de funcionamiento y sugerencias de usuarios. Ya está disponible para Android e iPhone, lista para ser descargada o actualizada.