Bebidas energizantes y estimulantes: ¿son realmente «energizantes»?
¿Sabemos lo que consumimos? Las bebidas energizantes (BE) se encuentran entre las sustancias de mayor consumo en nuestro país, según la Junta Nacional de Drogas (JND). Aunque se promocionan como bebidas que aportan energía, en realidad, su efecto es estimulante, y su consumo puede representar riesgos significativos para la salud.
¿Qué son las bebidas energizantes?
La JND define a las BE como un tipo de bebida gasificada que contiene una mezcla de aminoácidos, azúcares, cafeína, hidratos de carbono, extractos vegetales, vitaminas, minerales y otros ingredientes (como conservantes, acidulantes, saborizantes y colorantes). Estas bebidas se comercializan con nombres atractivos que sugieren un aumento en la energía y la concentración.
Sin embargo, su verdadera acción no es aportar energía, sino estimular químicamente el organismo a través de sustancias como la cafeína, la taurina y el guaraná, lo que las convierte en productos potencialmente peligrosos, especialmente para adolescentes y niños.
Introducidas comercialmente en los años 60 desde Asia, estas bebidas se enfocan principalmente en jóvenes adultos, pero también se ha detectado su uso en adolescentes, preadolescentes e incluso en etapa escolar. La publicidad destaca su supuesta capacidad para mejorar el rendimiento físico y mental, lo que resulta atractivo para deportistas y estudiantes. Sin embargo, hay que tener claro que no deben ser confundidas con bebidas isotónicas utilizadas para la rehidratación en el deporte.
¿Cómo actúan en el organismo?
La cafeína, el principal componente de las BE, es un estimulante del sistema nervioso central que genera los siguientes efectos:
- Aumenta el estado de alerta y reduce la fatiga mental y física.
- En dosis altas puede provocar nerviosismo, insomnio, temblores, sudoración y taquicardias.
- En casos extremos, produce convulsiones, psicosis, hiperactividad y agresividad.
A nivel cardiovascular, la cafeína puede causar arritmias e incrementar la frecuencia cardíaca. En los riñones, tiene un efecto diurético, aumentando la eliminación de líquidos y minerales, lo que puede llevar a deshidratación.
El consumo frecuente de cafeína genera dependencia psíquica y física, con síntomas de abstinencia como cefaleas, ansiedad, irritabilidad y debilidad.
Componentes adicionales y sus riesgos.
- Taurina y guaraná: Estos ingredientes potencian la acción de la cafeína, generando una sensación falsa de energía. Sin embargo, no existen estudios concluyentes que respalden beneficios nutricionales o de salud asociados a su consumo.
- Azúcar:
- Una lata de 250 ml contiene aproximadamente 30 g de azúcar, el equivalente a la cantidad máxima diaria recomendada.
- Este exceso contribuye a problemas como caries, obesidad, resistencia a la insulina y dependencia al azúcar.
Aumento del riesgo por combinaciones peligrosas.
El consumo de BE frecuentemente se combina con otras sustancias como alcohol, cannabis y cocaína, lo que eleva significativamente los riesgos para la salud.
- Alcohol y bebidas energizantes:
Al mezclarse con alcohol, las BE enmascaran los efectos de la embriaguez, lo que lleva a un mayor consumo de alcohol y riesgo de intoxicación. - Sustancias psicoactivas:
La combinación de BE con drogas recreativas sobrecarga el organismo, dificulta el diagnóstico clínico y aumenta los riesgos de efectos adversos graves.
Riesgos específicos en adolescentes y niños.
De acuerdo con la JND, la adolescencia es la etapa de mayor riesgo para el consumo de BE. En esta etapa, el organismo aún se encuentra en desarrollo, lo que aumenta la susceptibilidad a los efectos adversos de estas bebidas.
- En niños y adolescentes, no se ha establecido un nivel seguro de cafeína. Su consumo puede afectar el desarrollo del sistema nervioso central.
- El exceso de azúcar asociado a estas bebidas agrava los problemas de salud en esta población.
Datos de consumo en Uruguay.
El consumo de BE en Uruguay ha crecido notablemente:
- 72% de los adolescentes escolarizados declaró haber probado BE alguna vez.
- 54,4% consumió en los últimos 12 meses.
- 32,2% consumió en el último mes.
Entre los menores de 15 años, estas bebidas son la sustancia más consumida, superando al alcohol. Además, 74% de quienes las han probado tenían menos de 15 años.
Mitos en el deporte y la actividad física.
Aunque suelen asociarse con el ámbito deportivo, las BE no aportan beneficios reales al rendimiento físico. De hecho, su alto contenido en estimulantes y azúcar genera efectos negativos como:
- Deshidratación: Su efecto diurético aumenta la pérdida de líquidos y minerales esenciales.
- Fatiga y calambres: La deshidratación afecta el rendimiento físico, aumentando el riesgo de lesiones.
- Arritmias y muerte súbita: La combinación de esfuerzo físico y componentes estimulantes eleva significativamente estos riesgos.
- Rabdomiolisis: La estimulación extrema del metabolismo puede llevar a la destrucción del tejido muscular, con complicaciones graves a nivel renal y hepático.
Una experiencia educativa en Uruguay.
En una escuela del departamento de Florida, un grupo de estudiantes investigó sobre el consumo de BE. De 104 alumnos de 5º y 6º año:
- 68 estudiantes admitieron haber consumido BE al menos una vez.
- 39,7% de ellos consumen regularmente (diario, semanal o mensual).
- 41,2% desconocía los efectos de las BE.
La investigación concluyó que no existe una necesidad real de consumir estas bebidas y resaltó la importancia de desarrollar un pensamiento crítico sobre lo que ingerimos.
Regulación en debate.
En junio de 2024, ingresó a la Cámara de Diputados un proyecto de ley que propone prohibir la venta de BE a menores de 18 años. Este paso busca proteger a la población más vulnerable y fomentar un consumo responsable.
Reflexión final.
El consumo de bebidas energizantes plantea riesgos significativos, especialmente para niños y adolescentes. La falta de regulación y la falsa percepción de sus efectos hacen necesario aumentar la educación y la conciencia pública sobre este tema.
Promovamos hábitos saludables como una buena alimentación, sueño reparador y actividad física, evitando el consumo innecesario de estas bebidas.
Referencias:
- JND, Guía Más Info Menos Riesgos.
- Torres, C., Angulo, H., Rocha, M., et al. (2019). Prevalencia y patrones de consumo de BE en estudiantes.
- Vergara Serpa, O. V., et al. (2021). Rabdomiolisis inducida por BE.
- JND, Informe 2023. Subrayado.