Las afecciones de salud mental en Uruguay son cada vez más prevalentes y su impacto en el bienestar general de la población es significativo. La buena noticia es que la evidencia científica respalda la relación positiva entre un estilo de vida activo y la salud mental, especialmente en la prevención y alivio de trastornos como la depresión y la ansiedad.
Salud Mental y Actividad Física: Un Vínculo Beneficioso
La depresión puede manifestarse sin un factor estresante claro y suele estar asociada a otras enfermedades como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares. Estas a su vez, no solo acompañan los cuadros depresivos, sino que pueden agravar la situación, mantener y profundizar el trastorno.
La ansiedad, por su parte, surge como una respuesta emocional ante la percepción de una amenaza real o imaginaria. Las ECNT, en particular las cardiovasculares, pueden exacerbar estos cuadros, incrementando el riesgo de sufrir ansiedad.
¿Cómo ayuda la actividad física?
Adoptar un estilo de vida activo ofrece múltiples beneficios para la salud mental y física. La actividad física no solo reduce el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares entre otras enfermedades crónicas, sino que también tiene efectos protectores contra trastornos emocionales. Esto permitirá también poder disminuir comportamientos de riesgo para la salud cardiovascular como son el consumo de tabaco y/o nicotina y el consumo de alcohol.
El simple hecho de interrumpir largos periodos de sedentarismo (más de 60-90 minutos sentados o en reposo) con movimientos breves como caminar, estirar o realizar actividades moderadas puede marcar una diferencia significativa en el bienestar.
Es importante que cada persona elija la actividad que más le guste, ya que esto favorece su adherencia a largo plazo. Bailar, correr, nadar, caminar, jugar con mascotas o simplemente moverse al aire libre son algunas opciones válidas que se pueden integrar fácilmente en la rutina diaria.
Los Beneficios Psicológicos de Moverse
Las personas que practican actividad física regularmente presentan menores riesgos de sufrir depresión, y en caso de tenerla, los síntomas suelen ser más leves. Además mantenerse activo reduce el estrés, mejora el ánimo, tiene un impacto positivo en la autoestima, mejora la percepción de la imagen corporal y promueve la integración social. Lo antedicho contribuye al incremento del nivel de independencia, y autonomía física, y la percepción de una mejor salud; en definitiva, mejora la calidad de vida.
Desde la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular, invitamos a todos a aprovechar cada oportunidad para moverse más y estar menos tiempo sentados. Pequeños cambios, como realizar pausas activas de 3 a 5 minutos para movilizar articulaciones o usar el propio peso corporal, pueden ser el primer paso hacia una mejor salud mental y bienestar.