Skip to main content

El 9 de mayo se celebra el Día Mundial de la Insuficiencia Cardíaca, una oportunidad para concientizar sobre esta enfermedad crónica, informar sobre sus síntomas, fomentar el diagnóstico precoz y promover hábitos que prevengan su desarrollo. Desde la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular (CHSCV), recordamos la importancia de reconocer sus señales y actuar a tiempo.

¿Qué es la insuficiencia cardíaca?

La insuficiencia cardíaca (IC) ocurre cuando el corazón no logra bombear suficiente sangre para cubrir las necesidades del cuerpo. Esta condición es más común de lo que se cree y puede afectar seriamente la calidad de vida, generando limitaciones físicas, emocionales y sociales en quienes la padecen.

En la mayoría de los casos, la IC es el resultado de enfermedades cardiovasculares mal controladas que, con el tiempo, deterioran la función cardíaca. Por eso, incorporar hábitos saludables desde etapas tempranas es clave para proteger el corazón.

Datos clave sobre la IC:

 

  • Su prevalencia aumenta con la edad, especialmente en personas mayores de 65 años.
  • Es la principal causa de hospitalización en mayores de 65.
  • Más del 50% de quienes se internan por IC requerirán una nueva hospitalización en el año siguiente si no se tratan adecuadamente.
  • En Uruguay, es la tercera causa de muerte por enfermedades cardiovasculares y la segunda causa de egreso hospitalario por ECV (Informes CHSCV 2022-2023).

Síntomas frecuentes a tener en cuenta:

  • Dificultad para respirar (al hacer actividad o incluso en reposo)
  • Tos persistente o ruidos respiratorios
  • Cansancio extremo, debilidad, desmayos
  • Hinchazón en piernas, tobillos o pies
  • Despertares nocturnos por falta de aire
  • Aumento de peso por retención de líquidos
  • Pulso rápido o irregular, palpitaciones
  • Disminución del apetito y necesidad de orinar en la noche

Ante la aparición o agravamiento de estos síntomas, es crucial consultar con un médico. Algunos signos, como dificultad respiratoria persistente, dolor en el pecho, desmayos o edemas intensos, aumento repentino del peso, requieren atención médica urgente.

Tratamiento y estilo de vida: objetivos claros

El tratamiento de la IC se enfoca en: Prevenir y enlentecer su progresión, aliviar síntomas y mejorar la capacidad funcional, evitar hospitalizaciones, mejorar la calidad de vida. 

Para ello, se combinan medicamentos personalizados con cambios fundamentales en el estilo de vida. Estos incluyen:

 

  • Alimentación saludable: reducir el consumo de sal (menos de 1500 mg de sodio/día), evitar productos ultraprocesados y elegir alimentos naturales, ricos en vegetales, frutas y fibra.

Una alimentación basada en productos frescos, preparados con métodos sencillos (plancha, horno, vapor, wok), con aceites saludables, legumbres, pescados y carnes magras, puede marcar la diferencia. Evitar grasas saturadas, frituras y azúcares es esencial. Para acompañar este proceso, se recomienda una consulta con un/a nutricionista que brinde asesoramiento personalizado.

  • Actividad física adaptada: en pacientes estables, se recomienda comenzar con ejercicios aeróbicos suaves y progresivos. Incluso pequeñas sesiones de 3 a 5 minutos pueden generar beneficios si se repiten con pausas. También puede incorporarse, en personas con buen control de su enfermedad y bajo supervisión médica,  ejercicios de alta intensidad intervalado.
  • Evitar fumar ni consumir productos con nicotina, consumo de bebidas alcohólicas, azúcares y bebidas estimulantes.
  • Mantener una buena adherencia a los tratamientos indicados con su médico tratante.
  • Lograr controlar el  colesterol, la presión arterial y la glucemia. 
  • Estar atentos a la aparición de síntomas que puedan estar indicando descompensaciones y realizar la consulta médica precozmente, para realizar los ajustes necesarios y  evitar las complicaciones.
  • Mantener un peso adecuado: pesarse con frecuencia ayuda a detectar retención de líquidos.
  • Dormir bien: el descanso reparador también forma parte de la estrategia de control de la enfermedad.

La prevención es clave

Desde la CHSCV queremos recordarte que la prevención es fundamental. Sabemos que en la mayoría de los casos de Insuficiencia cardíaca se puede evitar su desarrollo o retrasar su aparición si llevamos un estilo de vida saludable y tomamos medidas que busquen disminuir los factores de riesgo CV.

Por eso seguimos impulsando acciones educativas. En nuestra página web contamos con materiales educativos que promueven la reducción del consumo de sal como: “Sal de mi corazón” y “Menos sal, más sabor”.  Sabemos que te pueden ayudar a elegir de forma más consciente para cuidar tu corazón y reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular.

Este 9 de mayo, te invitamos a compartir la información, hablar con tu familia y consultar con tu equipo de salud. Porque cuidar el corazón es una decisión que empieza todos los días.