Retornar a clases en pandemia, es un desafío de organización y ajuste para las familias en varios aspectos. Lograr una merienda saludable y aceptada por los más chicos, ya representaba una prueba diaria. Ahora la debemos adaptar a la época de COVID-19, de manera que no represente un riesgo de contagio para los nuestros ni para los demás.

Primero aclarar que el COVID-19 es poco probable que se transmita por alimentos. Pero la mano que elabora o envuelve o se lleva a la boca, o el recipiente que contiene la merienda pueden estar contaminados, y así al comer es posible el contagio. Por lo tanto, para la merienda escolar hay algunos puntos sobre los cuales conviene estar alertas y ser cuidadosos. 

  1. Antes de comer. Lo primero es el lavado adecuado de manos
  2. Merienda. Recomendamos que la merienda venga de casa y sea saludable. Es mejor que comprarla por el camino. Más allá del beneficio de algo casero, o mejor aún que sea fruta fresca, si la merienda sale de casa, nos aseguramos que esté adecuadamente limpia, ya sea el envase, envoltorio o recipiente que la contenga. Esto vale para bebidas y para comidas. Si la compramos por el camino, va a ser más difícil higienizar adecuadamente y luego el niño toca, se lleva a la boca y se aumenta el riesgo. 
  3. Recipientes. Elegir un recipiente que los más chicos puedan abrir fácilmente. Así se evita que maestros, encargados o los propios compañeros manipulen la merienda de otros queriendo ayudar. Que sean recipientes fáciles de manipular y practicar para que los más chicos los dominen. 
  4. Manipulación. Evitar que esa merienda se coma “con la mano”. Por ejemplo: si va fruta, en lo posible cortada o en porciones y con un cubierto o pinchito para que la puedan comer sin tocar. Esto vale para frutas o cualquier otra merienda. La banana parece ser una buena alternativa. Si se trata de recetas elaboradas, como scones, o torta o un sándwich en lo posible envueltos en servilletas y en porciones o palitos. 
  5. Ideas. Si a los más chicos les gustan los licuados, son una forma fácil de resolver la merienda. Al llevar su propia botella o termo y un sorbito reusable se minimizan los riesgos de compartir y se evita llevarse la mano a la boca en cada bocado. A esos licuados es posible hacerlos con frutas varias, yogur o leche, jugo natural, pero también es posible agregar verduras, semillas de girasol, chía, nueces, algo de vainilla o canela para perfumar y la mínima cantidad de azúcar.

Si bien las semillas y frutos secos (maní, pipas, pop, pasas de uva) son una recomendación saludable para merienda, en oportunidad de la pandemia, tal vez no sean lo recomendado para comer en la escuela, porque a veces se comparten y la mano va a la boca varias veces. La recomendación es incluirlos en un licuado o en una receta de scones o galletas caseras o barritas que los puedan contener, y llevar en porciones chicas y con servilletas.

 

A los más chicos siempre recordarles que se protejan y cuiden a los demás, y en el momento de la alimentación que no compartan vajilla, comidas o bebidas con los compañeros.

 

Algunos vínculos de interés: 

https://www.unicef.org/uruguay/alimentacion-en-la-etapa-escolar

https://www.unicef.org/uruguay/media/1781/file/%C2%A1Para%20ellos%20y%20con%20ellos!.pdf