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Está ampliamente demostrado que realizar actividad física (AF) genera múltiples beneficios en la salud de las personas.

Por actividad física entendemos la realización de actividades que impliquen movimiento corporal, mediante la acción muscular y el gasto energético que esto conlleva.

Entre otros aspectos, reduce la incidencia y el impacto de los principales factores de riesgo para el desarrollo de las enfermedades no transmisibles, entre ellas las enfermedades cardiovasculares. Además, mejora la capacidad funcional de los individuos y la tolerancia a las actividades cotidianas, potenciando el bienestar psico-emocional y reduciendo los costos en salud de la población.

La AF implica múltiples dominios: la movilidad de las personas, el ámbito laboral, el doméstico, el recreativo y también el deportivo. Al incrementar el nivel de AF de las personas se reduce el tiempo sentado o realizando actividades de bajo gasto energético, por lo que se limita la adopción de un comportamiento sedentario.

Los beneficios de realizar AF regular como hábito de vida se potencian cuando la persona incorpora en su rutina el ejercicio físico.

Con ejercicio físico, nos referimos a la realización de AF de forma estructurada, planificada y organizada de tal forma de promover el logro de ciertos objetivos, cuando estos se vinculan con la promoción en salud. los mismos se incluyen dentro de los componentes de la denominada condición física (CF) asociada a la salud y el bienestar o wellness.

Estos componentes se pueden potenciar con la realización del ejercicio, en particular la capacidad cardiorespiratoria o aeróbica, el mantenimiento de una adecuada composición corporal (evitando la pérdida de masa muscular) y el incremento de masa adiposa; la flexibilidad, la coordinación, el equilibrio y el bienestar psico emocional.

Por otro lado, el deporte es la realización de AF y ejercicio en un determinado marco normativo (reglamento) y con definidos objetivos. Estos objetivos muchas veces no son la promoción de la salud y el bienestar o la disminución del desarrollo de enfermedades, sino que se relacionan al logro de resultados: esto puede generar no solamente que el deporte no tenga un rol promotor de salud, sino que de hecho implique riesgos para esta. 

Para dar seguridad y minimizar riesgos en la práctica deportiva, los practicantes deben acondicionarse mediante la AF frecuente y el ejercicio regular, que las actividades se realicen mediante esfuerzos adecuados a la capacidad funcional y tolerancia de cada individuo y sea precedido por una adecuada evaluación de preparticipación deportiva (EPP).

¿Qué es una evaluación de preparticipación deportiva?

Estas evaluaciones médicas buscan reducir el riesgo de eventos adversos durante la práctica del deporte, dentro de estas situaciones la más dramática es la muerte súbita asociada al deporte (MSD).

La MSD es la muerte inesperada que sucede durante la práctica deportiva y hasta 24 horas después de esta, es de causa cardiovascular (CV) y se desarrolla en la primera hora luego del inicio de los síntomas.

3 de cada 1.000 individuos de la población general son portadores de algún trastorno cardíaco que predispone a MSD. El riesgo aumenta con la edad, siendo la incidencia en menores de 35 años de 1/100.000 personas por año. Este número se incrementa a 1/18.000 personas/año cuando la edad es mayor a 35 años.(1).

Uruguay está en proceso de ajuste de las normas que regulan las evaluaciones predeportivas en diversas poblaciones (niños, adultos, deportistas recreacionales y profesionales por ejemplo).

A continuación revisaremos algunas recomendaciones manejadas a nivel internacional, en particular en lo relacionado con la población de adultos y adultos jóvenes; que realizan actividades deportivas de tipo recreacional y sin tener diagnosticada o sin conocer la presencia de patologías limitantes.

Recomendaciones para la prevención

Las asociaciones europeas del ritmo cardíaco y de la prevención y rehabilitación cardiovascular recomiendan que se realice a toda la población una historia clínica (HC) que releve los factores de riesgo, síntomas y antecedentes familiares de patologías predisponentes de  muerte súbita y adecuada exploración física (12 puntos de la AHA por ejemplo, ver cuadro 1), junto con la realización de un electrocardiograma (ECG) de 12 derivaciones de reposo.

Cuadro 1 Evaluación 12 puntos de la AHA. Extraído de https://www.profam.org.ar/visor-producto.php?cod_producto=2987

La Sociedad Europea de Cardiología en sus guías de 2020 coincide con estas recomendaciones. En estas, se recomienda evaluar o autoevaluar el nivel de riesgo de los individuos mediante escalas como la SCORE (ver cuadro siguiente).

Cuadro 2. Escala de evaluación del riesgo SCORE. Extraído de https://www.revespcardiol.org/es-calibracion-tabla-score-riesgo-cardiovascular-articulo-resumen-13106180

Según este, las personas poco activas o sedentarias con nivel de riesgo alto o muy alto deberían realizarse como evaluación previa al inicio de la práctica deportiva, una evaluación clínica adecuada y un ECG de 12 derivaciones, en mayores de 35 años, con riesgo muy alto o ECG con alteraciones o elementos dudosos, se sugiere la realización de una Prueba Ergométrica Graduada (PEG).

El examen físico más el electrocardiograma de reposo como complemento a la historia clínica es recomendado (no impuesto) por el Comité Olímpico Internacional (COI) y el Consejo de Deporte Europeo.

La Sociedad Española de Medicina del Deporte, en su documento de consenso para el deporte recreacional saludable de 2016, recomienda que “antes del inicio de cualquier práctica deportiva, incluyendo el deporte recreacional, se debe efectuar una consulta médica destinada a diagnosticar la posible existencia de enfermedades o alteraciones que puedan influir en el deportista por el esfuerzo realizado. 

En este documento también se menciona que, “en Europa se considera imprescindible la práctica del electrocardiograma de reposo y cada vez es más evidente la necesidad de realizar pruebas de esfuerzo, para valoración funcional, pero también para descartar patología cardiovascular en deportistas, especialmente en mayores de 35 años y en portadores de diversas patologías“.

En Chile la evaluación de preparticipación deportiva con eloectrocardiograma accesible, por lo que se sugiere la solicitud de este examen; sobre todo en pacientes que tienen antecedentes de riesgo, deportistas de competición o pacientes sanos que solicitan la certificación médica.

En Argentina, la FAC recomienda la evaluación clínica (antecedentes familiares y personales, y el examen físico con control de la PA) y el electrocardiograma anual en mayores de 18 años.

En contraposición a lo mencionado más arriba en EEUU en general no hay consenso para la realización rutinaria de electrocardiograma, se plantean fundamentalmente aspectos vinculados al costo– efectividad de este estudio.

En lo referente a la prevención terciaria y la asistencia frente a un evento de MSD, es trascendental la promoción e instrucción a nivel generalizado en la población, sobre la cesucitación cardíaca básica (RCB), la activación y secuenciación de una adecuada cadena de supervivencia y el acceso rápido a un desfibrilador externo automático (DEA).

Desde la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular llevamos adelante el programa  CERCA para la formación en RCB a la comunidad. Desarrollamos también la aplicación (CERCA) que permite localizar el DEA más cercano de forma muy sencilla, así la app, georeferencia los DEA y brindan información relevante para un acceso adecuado en tiempo y forma.

 

 

 

1 – Melman Gindelli Rodrigo Sebastián. Muerte súbita en el deporte. Carreras de calle y eventos de participación masiva. Propuesta de un protocolo de prevención primaria. 10K Life. Rev.Urug.Cardiol.  [Internet]. 2020  [citado  2021  Ago  02] ;  35( 1 ): 150-184. Disponible en: http://www.scielo.edu.uy/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1688-04202020000100150&lng=es.  Epub 01-Abr-2020.  http://dx.doi.org/10.29277/cardio.35.1.9.