La muerte súbita, es generalmente de aparición inesperada, sin síntomas previos. Generalmente es una complicación de las enfermedades cardiovasculares, en la mayoría de los casos consecuencia de una arritmia cardíaca. Se expresa por el paro cardiorrespiratorio (PCR) que es el cese brusco de la actividad mecánica cardíaca, confirmado por la ausencia de signos de circulación, respiración y conciencia, es decir, la persona no responde, no le sentimos el pulso ni el latido cardiaco y no respira.
El 80 % de éstas situaciones suceden afuera de un hospital. Por eso es muy importante que las personas que están cerca, sepan que hacer para ayudar.
La gran mayoría de las personas que lo sufren tienen enfermedad coronaria subyacente, aunque no siempre lo saben. Un tercio de los casos se dan en menores de 50 años y afectan al doble de hombres que de mujeres.
La MS en jóvenes (personas menores de 35 años) a menudo pone en manifiesto enfermedades cardíacas o anomalías cardíacas, las cuales en ocasiones son cardiopatías hereditarias (1). A pesar de ser una entidad rara (1/50.000 MS cardíacas), es la principal causa de muerte en atletas.
En Uruguay no hay datos estadísticos fiables sobre la proporción que representa la MS en el total de muertes, pero hay consenso en que está francamente sub registrada. Extrapolando cifras de otros países semejantes, se estima que podrían fallecer súbitamente entre 1800 y 3000 uruguayos cada año (2,3).