Entre el 1 y el 7 de agosto se conmemora mundialmente la Semana de la Lactancia Materna que busca sensibilizar y promover esta práctica en la sociedad. 

“Apoyar la lactancia materna contribuye a un planeta más saludable” se ha elegido como lema para la campaña  2020, que nos interpela también a  pensar la lactancia desde esa mirada, que se da pocas veces. El impacto positivo de la lactancia va más allá, también es beneficioso para el medio ambiente y la economía. Al ser un producto natural, se renueva sin gastar ni usar recursos ni producir desechos. Al proteger la salud del niño y beneficiar a la madre, se enferman menos, demandando menos atención y medicación. 

Los beneficios para la salud de la madre y del bebé, en el desarrollo cognitivo y emocional de los niños no puede ser reemplazado por ningún otro producto. 

La Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular celebra esta semana para fomentar la lactancia materna como parte de la alimentación saludable desde el nacimiento.

La lactancia materna colabora en la prevención de las Enfermedades No Transmisibles (ENT) como la diabetes, hipertensión arterial y la obesidad.

La lactancia materna exclusiva es de vital importancia durante los primeros seis meses de vida del bebé.  Para favorecer la incorporación de esta práctica, es clave asegurar que el recién nacido tenga contacto enseguida con el pecho materno.   

A través de la leche materna se  transfieren defensas, el bebé recibe protección contra enfermedades.  A partir de los de los seis meses, para lograr una nutrición adecuada y el mejor desarrollo del bebé,  la lactancia debe ser acompañada de una alimentación complementaria, saludable y segura. 

Se recomienda sostener la lactancia hasta los dos años de vida del niño.

La madre y el bebé necesitan ser apoyados para lograr una lactancia duradera y exitosa. El rol de la pareja y la familia resultan clave para la madre que amamanta. También la sociedad, a través de la  jerarquía que le dé a la lactancia,  respetando su espacio y generando estructuras en lo laboral, en el estudio, en  el entorno que brinden soporte a esta práctica.

En época de pandemia, para las mujeres que amamantan y no tuvieron contacto ni enfermaron de COVID-19, la recomendación fundamental es continuar con la lactancia siempre. No se ha visto transmisión de coronavirus SARS-2 a través de la leche materna. Las recomendaciones de higiene de manos antes y después de tener contacto con el niño, y  de limpieza o desinfección de las superficies se mantienen. Además, practicar estrictamente el distanciamiento social siempre que sea posible, en especial, evitar el contacto con las poblaciones de riesgo, tal como se recomienda a la población general.

Para las mamás con COVID-19 o sospecha de haber tenido contactos con personas infectadas, compartimos las recomendaciones de OPS para continuar con la lactancia exitosa:

 

Si tiene síntomas o sospecha que puede haber sido contagiada, siga con la lactancia y consulte.

La lactancia materna salva vidas, defiende a niños y niñas de las enfermedades de su entorno y si se enferman, hace que sea de una forma más leve.

Para más información, recomendamos visitar estas páginas:

https://www.unicef.org/uruguay/historias/lactancia-y-coronavirus

https://www.paho.org/es/campa%C3%B1as/semana-mundial-lactancia-materna-2020