La nicotina es uno de los componentes del tabaco, es una droga que estimula al sistema nervioso central, y actúa sobre las áreas del cerebro que regulan las sensaciones placenteras. Cuando se administra nicotina, se liberan transitoriamente endorfinas, lo cual se percibe como una sensación de placer o un estado de euforia momentáneo. Aunque este estado es mucho más breve que el que generan otras drogas, la nicotina aumenta los niveles de dopamina en los circuitos de recompensa del cerebro, y eso refuerza las ganas de seguir consumiéndola. En la medida que se consume, disminuye la sensibilidad de los circuitos de dopamina y entonces hace falta consumir cada vez más para conseguir el mismo efecto. Así genera la adicción.
Una adicción es una enfermedad en la cuál se genera dependencia a algo en particular (en este caso a la nicotina), y la persona no puede, o le resulta muy difícil prescindir de esa sustancia, por razones tanto psicológicas como fisiológicas.
Es decir que la persona pierde la libertad de poder elegir, y vive condicionada por la necesidad de consumir esta sustancia para mantenerla en ciertos niveles. Es decir que, por ejemplo, si va al cine, está calculando cuánto falta para que termine para poder salir a fumar o vapear, aunque la película esté buena, o si está en una conversación interesante en un lugar cerrado estará pensando e incluso terminando la charla por la necesidad de salir, o si viaja estará buscando cuándo y dónde podrás fumar o vapear, y así con cada una de las actividades de su vida.
Por lo cual la vida de la persona gira en torno a ese consumo.
Cuando la persona con adicción a esta droga pasa un cierto tiempo sin consumir, experimenta síntomas de abstinencia como: irritabilidad, deseo de consumir, depresión, ansiedad, alteraciones de atención, memoria, concentración, del sueño del apetito entre otros.
Sentirse así impulsa a la persona a volver a consumir.
La nicotina actúa también en otras partes del cerebro, vinculadas con el aprendizaje, el estrés y el autocontrol.
La nicotina es una sustancia altamente adictiva y puede, entre otras cosas, dañar el cerebro de los adolescentes que aún está en desarrollo.